Se han realizado notables investigaciones científicas entre las que se incluyen estudios de glaciología, meteorología, geomagnetismo, control del clima mundial, sismología y física ionosférica.

Estudios realizados sobre la historia biológica de pingüinos, focas y krill; han proporcionado información nueva sobre la ecología de estas especies.

Los geólogos, estudian los restos del pasado de los glaciares, han descubierto que la Antártida contuvo en alguna época mucho más hielo del que contiene ahora. Los restos fósiles hallados incluyen logros como el descubrimiento de los primeros restos de mamíferos encontrados allí,  y el hallazgo del primer dinosaurio fosilizado. Fósiles de este tipo han proporcionado hasta ahora una secuencia casi completa de la separación del antiguo continente Gondwana.

Los científicos también han realizado estudios sobre el calentamiento global del continente. En 1995 surgió un número extraordinariamente grande de icebergs, alterando radicalmente las dimensiones de la placa de hielo.

Se realizaron continuos registros durante  veinticinco años que proporcionan datos sobre la función de la Antártida en el clima mundial. Una de esas contribuciones ha sido el descubrimiento, del  ‘agujero en la capa de ozono’, que se desarrolla cada primavera antártica en la estratosfera por encima del continente y que desaparece total o parcialmente al final de la estación. El significado de esta reducción en la capa de ozono en las cercanías del polo sur continúa en estudio. Puede ser un fenómeno natural en parte, pero la evidencia indica que la pérdida de ozono está relacionada con el problema de la liberación de clorofluorocarbonos a la atmósfera.
Tratado Antártico

Es un acuerdo internacional para preservar la Antártida. La idea fue propuesta por el presidente Eisenhower, esperanzado por el éxito del Año Geofísico Internacional.

Durante ese periodo las naciones participantes aplazaron sus diferencias políticas y trabajaron juntas en la Antártida para estudiar la actividad de las manchas solares y sus efectos sobre la Tierra y su atmósfera. Los estudios produjeron importantes avances en las ciencias físicas.

El Tratado Antártico fue firmado el 1 de diciembre de 1959 por los doce países que habían mantenido estaciones de investigación sobre el continente durante el Año Geofísico Internacional: Argentina, Australia, Bélgica, Chile, Francia, Japón, Nueva Zelanda, Noruega, Sudáfrica, la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, Gran Bretaña y Estados Unidos. El tratado entró en vigencia en junio de 1961, inicialmente por un periodo de 30 años, y ha sido desde entonces firmado por un total de 27 países. Su declaración de principios incluye la preservación de la Antártida para fines pacíficos, la promoción del libre intercambio de investigaciones científicas y la conservación del continente libre de explosiones nucleares. Aunque nada decide sobre las reivindicaciones territoriales de algunas naciones, declara inadmisibles otras que pudieran surgir acerca de la incorporación de otros países y veta todas las operaciones militares.

En el año 1980 la protección se extendió a los recursos marinos, y en 1991 se impuso una prohibición de 50 años a la actividad minera.

Las reuniones son bienales, y las decisiones de los países firmantes originarios deben adoptarse por unanimidad.